Tecnologia
«Tecnología en República Dominicana 2024»
La República Dominicana enfrenta un momento crucial en su evolución tecnológica en 2024. A pesar de los avances en infraestructura digital y conectividad, el país aún lidia con importantes desafíos, como la limitada innovación y la falta de capital humano especializado. Este panorama mixto destaca la necesidad de acciones estratégicas para garantizar un crecimiento tecnológico sostenible y competitivo.
En el ámbito de la infraestructura digital, la penetración de internet alcanza al 85% de la población, aunque persiste una significativa «brecha de uso» del 40%, particularmente en zonas rurales. La banda ancha fija, con 10.68 suscripciones por cada 100 habitantes, muestra avances limitados, mientras que la conectividad móvil se consolida como la opción preferida con una penetración del 90%. A pesar de estos progresos, la calidad y asequibilidad de los servicios siguen siendo barreras importantes.
El país también busca posicionarse como un centro regional de innovación, con iniciativas como el decreto 324-24, que prioriza la industria de semiconductores. Sin embargo, este sector requiere infraestructura avanzada, grandes inversiones y talento especializado, áreas donde la inversión actual es inferior al 0.1% del PIB, muy por debajo de otros países de la región.
El retroceso en el Índice Global de Innovación, donde la República Dominicana cayó del puesto 91 al 97, refleja un ecosistema de innovación débil, con pocas patentes registradas y escasa colaboración entre sectores público, privado y académico. Este contexto afecta también el emprendimiento tecnológico, que muestra un estancamiento, con inversiones limitadas y fondos de capital en declive.
Por otro lado, el comercio electrónico continúa creciendo, con ingresos proyectados de $1,609.3 millones en 2024, aunque su penetración (1.6%) sigue rezagada frente al promedio regional. Sectores como la entrega de alimentos en línea destacan por su crecimiento acelerado, pero enfrentan desafíos en la competencia.
El fenómeno de los «invisibles» —profesionales tecnológicos locales que trabajan para mercados extranjeros— pone en evidencia tanto el talento dominicano como la desconexión con el desarrollo local. Aunque se han destinado $5.13 millones a educación digital, aún es necesario alinear la formación académica con las demandas del mercado laboral.
En cuanto a ciberseguridad, la inversión proyectada de $209.69 millones para 2029 subraya la creciente preocupación por la protección de datos en un entorno digital más complejo. Sin embargo, la regulación actual, como la Ley 172-13, requiere actualizaciones para abordar las nuevas realidades tecnológicas.
Para garantizar un futuro digital inclusivo, es esencial implementar medidas como incentivos para la digitalización de MIPYMES, una estrategia nacional de ciberseguridad, programas para retener talento y la mejora del ecosistema de comercio electrónico. La República Dominicana tiene el potencial de liderar en nichos tecnológicos si logra unificar esfuerzos entre gobierno, empresas y ciudadanos, creando un futuro digital que beneficie a toda la población.